GRECIA

INTRODUCCIÓN

Grecia (nombre oficial, Hellēnikē Democrática, República Helénica), país situado en el sureste de Europa. Ocupa la parte más meridional de la península de los Balcanes y comprende numerosas islas. Limita, al noroeste, con Albania; al norte, con la Ex-República Yugoslava de Macedonia y con Bulgaria; al noreste, con Turquía; al este, con el mar Egeo; al sur, con el mar Mediterráneo y, al oeste, con el mar Jónico. Su superficie total es de 131.957 km², de los cuales aproximadamente una quinta parte corresponden a las islas de los mares Egeo y Jónico. Atenas (Athenai) es su capital y la mayor ciudad.

La porción continental de Grecia abarca las regiones de Tracia y Macedonia al norte; Epiro (Epeiros), Tesalia y Grecia Central en las zonas centrales y, al sur, el Peloponeso, una península unida al resto del continente por el istmo de Corinto. El canal de Corinto, completado en 1893, atraviesa el istmo homónimo y convierte en una isla artificial al Peloponeso. El resto de Grecia se compone de islas, entre las que se incluyen Eubea (Évvoia), Creta (Kríti), las Espóradas septentrionales, las Cícladas (archipiélago), el Dodecaneso (grupo de islas) y las islas Jónicas, Icaria, Quíos (Chíos o Khíos), Lemnos (Límnos), Lesbos, Samos, Samotracia y Thásos.

Las aguas costeras de Grecia son profundas y se adentran en el interior del continente. Los golfos de Corinto y Salónica, a uno y otro lado del istmo de Corinto, separan el Peloponeso de la Grecia Central y septentrional. El país tiene pocos pero buenos puertos. El golfo de Egina posee los mejores anclajes, en concreto los del magnífico puerto natural de El Pireo, puerto de Atenas. Kérkira o Corfú, una de las islas Jónicas, también cuenta con un puerto excelente.

 

PREHISTORIA

Los restos arqueológicos indican que algunos primitivos pueblos del Mediterráneo, estrechamente ligados a las culturas del norte de África, habitaron las regiones meridionales del Egeo hasta bien entrado el periodo neolítico, antes del 4000 a.C. Estas pruebas muestran la evolución cultural desde la edad de piedra hasta la edad del bronce, que en Grecia empezó en el 3000 a.C. A principios del III milenio a.C., la denominada civilización del Egeo evolucionó hasta niveles extremadamente altos. La civilización de la edad del bronce en el Egeo se dividía en dos culturas, cada una de ellas con sus propias etapas y subdivisiones cronológicas. Una, la civilización de Creta o minoica, ubicada en el centro de la isla de Creta, a sólo 660 km al noroeste de Egipto y directamente relacionada con las rutas marinas hacia los antiguos países del Oriente Próximo. La otra civilización, la Heládica (micénica, en su periodo más reciente), florecía al mismo tiempo en la porción continental de Grecia, concretamente en el Peloponeso. Sus grandes centros estaban en Micenas, Tirinto (cerca del actual Návplion) y Pilos. La cultura y el comercio cretense dominaron el Mediterráneo hasta después del año 1500 a.C., cuando Micenas tomó el relevo.

A finales del III milenio a.C. comenzaron una serie de invasiones de tribus del norte que hablaban una lengua indoeuropea. Existen pruebas de que estos pueblos del norte vivieron en la cuenca del río Danubio, al sureste de Europa. De los primeros pueblos invasores, los más destacados, los aqueos, se habían visto con toda probabilidad obligados a emigrar presionados a su vez por otros invasores. Los aqueos invadieron el sur de Grecia y se establecieron en el Peloponeso. Según algunos especialistas, un segundo pueblo, los jonios, se asentó principalmente en Ática, la zona central del este de Grecia y en las islas Cícladas, donde asimilaron la cultura de los pueblos heládicos. Los eolios, un tercer pueblo de características poco definidas, se asentaron en principio en Tesalia.

GRECIA ANTIGUA

En el último periodo de la edad del bronce en Grecia (1500-1200 a.C.), el continente fue absorbiendo paulatinamente la civilización cretense. Hacia el 1400 a.C., los aqueos conquistaron y controlaron las islas y poco después también dominaron el continente, en especial la región de Micenas. Debido a las exhaustivas investigaciones de sus ruinas, la ciudad da su nombre a los antecesores aqueos, aunque también destacaron en importancia otras ciudades-estado. La guerra de Troya, descrita por Homero en la Iliada, comenzó alrededor del 1200 a.C. y probablemente fue uno de los conflictos bélicos que tuvieron lugar entre los siglos XIII y XII a.C. Puede que tuviera relación con la última y más importante invasión del norte, que ocurrió en aquel tiempo e introdujo la edad del hierro en Grecia. Los dorios abandonaron las montañas del Epiro y descendieron al Peloponeso y a Creta, utilizando armas de hierro para conquistar y expulsar a los anteriores habitantes de estas regiones. Los dorios derrocaron a los monarcas aqueos y se asentaron sobre todo en las regiones meridionales y orientales de la península. Esparta y Corinto se transformaron en las principales ciudades dóricas. Muchos aqueos buscaron refugio al norte del Peloponeso, zona que más tarde se llamó Aquea. Otros resistieron duramente a los dorios, y tras ser sometidos, fueron reducidos a servidumbre y denominados ‘ilotas’. Los que lograron huir se refugiaron en el Peloponeso, se reunieron con sus parientes en Ática y en la isla de Eubea, pero después emigraron al igual que los eolios a las costas de Asia Menor. En los siglos posteriores al 1200 a.C. la progresiva colonización de las costas de Asia Menor, primero por los refugiados procedentes de zonas ocupadas por los dorios y más tarde por los mismos dorios, convirtieron la región en parte política y cultural de Grecia. Por cada una de las tres divisiones étnicas griegas se creó una gran confederación. La parte norte de la costa de Asia Menor y la isla de Lesbos formaban la Confederación Eólica. La Confederación Jónica ocupaba el distrito medio, llamado Jonia, y las islas de Quíos y Samos. Al sur de las islas de Rodas y Cos se estableció una Confederación Dórica. Varios siglos después (750-550 a.C.), el rápido aumento de la población, la escasez de alimentos, el florecimiento de la artesanía y el comercio y otros factores conllevaron una nueva oleada colonizadora. Se fundaron colonias en lugares tan lejanos como la costa oriental del mar Negro y Massilia (actual Marsella, Francia), y tuvieron lugar asentamientos en Sicilia y la parte meridional de la península Itálica. Esta última tenía tal densidad de población griega que se la conocía como la Magna Graecia.

PERIODO HELÉNICO

Una vez finalizadas las grandes migraciones al Egeo, los griegos desarrollaron una orgullosa conciencia racial. Se llamaban a sí mismos ‘helenos’, nombre derivado, según Homero, de una pequeña tribu del sur de Tesalia. El término griegos, empleado por posteriores pueblos extranjeros, provenía nominalmente de Grecia, nombre en latín de una pequeña tribu helénica del Epiro con la que los romanos tuvieron contactos. Al margen de la mitología, que era la base de una compleja religión, los helenos desarrollaron una genealogía que remontaba sus orígenes a héroes con carácter semidivino.

A pesar de que los pequeños estados helénicos mantenían su autonomía, seguían un desarrollo similar en su evolución política. En el periodo pre-helénico los jefes de las tribus invasoras se proclamaron monarcas de los territorios conquistados. Entre el 800 y el 650 a.C. estas monarquías se fueron sustituyendo por oligarquías de aristócratas, ya que las familias nobles compraban las tierras y éstas eran la base de todo su poder y riqueza. Cerca del año 650 a.C., muchas de estas oligarquías helénicas fueron sustituidas por plebeyos enriquecidos o aristócratas desafectos, llamados tiranos. La aparición de las tiranías se debió sobre todo a un factor económico. El descontento popular surgido frente a las aristocracias se había convertido en un importante factor político a causa del aumento de la esclavitud de los campesinos sin tierras; la colonización y comercio en los siglos VIII y VII a.C. aceleró el desarrollo de una próspera clase de comerciantes, que supieron aprovecharse del gran descontento para reclamar el reparto del poder con los aristócratas de las ciudades-estado.

LAS TIRANÍAS

La era de los tiranos griegos (650-500 a.C.) destaca por los avances logrados en la civilización helénica. El título de tirano implicaba el acceso ilegal al poder, no el abuso del mismo. En general, tiranos como Periandro de Corinto, Gelón de Siracusa y Polícrates de Samos (reinó entre 535 a.C.-522 a.C.) fueron gobernantes sabios y populares. El comercio y la artesanía prosperaron. Con el nacimiento de la fuerza política y económica llegó el florecimiento de la cultura helénica, de un modo especial en Jonia, donde empezaba a surgir la filosofía griega con Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes. El desarrollo de objetivos culturales comunes a todas las ciudades helénicas fue uno de los factores que dieron cierta cohesión a la antigua Grecia a pesar de la división política existente. En este sentido contribuyó la lengua griega, cuyos muchos dialectos se entendían en cualquier parte del país o en cualquier colonia. El tercer aspecto a tener en cuenta fue la religión griega que todos los helenos compartían: el santuario de Delfos fue el mayor y más respetado. En torno a la religión, los griegos también tenían cuatro festivales nacionales, llamados juegos (los olímpicos, los ístmicos, los pitios y nemeos). Los Juegos Olímpicos eran tan importantes que muchos griegos remontan sus cálculos históricos a la Primera Olimpiada (el periodo de cuatro años entre la celebración de los Juegos Olímpicos) celebrada en el año 776 a.C. Relacionada con la religión, en origen al menos, estaba la Liga de Anfictionía, organización de tribus helenas que se creó para la protección y administración de los santuarios.

DE LA DEMOCRACIA A LA MONARQUÍA

Las ciudades-estado se unificaron en cierta medida. Entre los siglos VIII y VI a.C., Atenas y Esparta se habían convertido en las dos ciudades hegemónicas de Grecia. Cada uno de estos grandes estados absorbió a sus débiles vecinos en una liga o confederación dirigida bajo su control. Esparta, estado militarizado y aristocrático, estableció su poder a base de conquistas y gobernó sus estados súbditos con un control muy estricto. La unificación del Ática, por el contrario, se realizó de forma pacífica y de mutuo acuerdo bajo la dirección de Atenas; se otorgó la ciudadanía ateniense a los habitantes de las pequeñas ciudades. Los nobles, o eupátridas, abolieron en el 638 a.C. la monarquía hereditaria y gobernaron Atenas hasta mediados del siglo VI a.C. Los eupátridas retuvieron autoridad plena gracias a su poder supremo para disponer de la justicia, a menudo de forma arbitraria. En el 621 a.C. el político Dracón (finales del siglo VII a.C.) codificó la ley ateniense, por la que el poder judicial de los nobles quedaba limitado. Un segundo revés para el poder hereditario de los eupátridas fue el código del político y legislador ateniense Solón de 594 a.C., que no era sino una reforma del código draconiano y que otorgaba la ciudadanía a las clases bajas. Durante el brillante y prudente mando del tirano Pisístrato, las formas de gobierno empezaron a adoptar elementos democráticos. Hipias e Hiparco, hijos de Pisístrato, heredaron el poder de su padre pero fueron más déspotas. Hipias, que murió después que su hermano, fue expulsado por una insurrección popular en el 510 a.C. Durante el consiguiente conflicto político, los partidarios de la democracia obtuvieron, bajo el mando del político Clístenes de Sición, la victoria total y, alrededor del 502 a.C., comenzaba una nueva etapa política, basada en principios democráticos. El comienzo del gobierno democrático supuso el más brillante periodo de la historia de Atenas. Florecieron el comercio y la agricultura. Más aún, el centro de las artes y la cultura intelectual, que entonces estaba en las ciudades de la costa de Asia Menor, pronto se trasladó a Atenas.

 

PRICIPALES CIUDADES GRIEGAS

 

GRECIA

Antigua Grecia

Desde el neolítico, la historia de Grecia estuvo ligada al mar Mediterráneo: a las islas del mar Egeo, a las costas occidentales de Asia Menor (la actual Turquía) y a la península Helénica.

PRIMERAS CIVILIZACIONES GRIEGAS

Hace 5.000 años comenzó en Grecia la edad del bronce. Se desarrolló entonces la llamada civilización del Egeo, cuyas dos principales culturas fueron las siguientes:

Aproximadamente 1.000 años después, se produjeron las invasiones de pueblos del norte que hablaban una lengua indoeuropea: los aqueos, los dorios, los jonios y los eolios.

En aquella época, los antiguos griegos comenzaron a colonizar las costas de Asia Menor (la actual Turquía). Varios siglos después, (hace unos 2.700 o 2.500 años), los griegos fundaron colonias en lugares como Sicilia, en el sur de la actual Francia (la ciudad de Marsella) o la costa oriental de la península Ibérica.

EL PERIODO HELÉNICO

Todos esos pueblos se llamaban a sí mismos helenos. Crearon su propia mitología, que, en realidad, era una religión que los convertía en herederos de antiguos héroes casi divinos.

Su organización política se fundamentaba en numerosas ciudades-estado que se relacionaban unas con otras de diversas formas.

En la costa de Asia Menor nació la filosofía griega. Se extendieron la lengua griega, la religión (el santuario de Delfos fue el mayor y más respetado) y los juegos (entre ellos, los más famosos: los olímpicos).

Hace 2.700 años, Atenas y Esparta se habían convertido en las dos principales ciudades-estado de Grecia. Esparta, que estableció su poder sobre la base de una sociedad muy militarizada, logró numerosas conquistas y gobernó sus territorios de forma muy estricta. Por el contrario, Atenas controló su propia zona de forma pacífica. Se puede decir que, hace unos 2.500 años, nació en Atenas la democracia.

A comienzos del siglo V a.C., los griegos se enfrentaron a Persia en dos guerras, las Guerras Médicas, que supusieron la victoria de los griegos sobre los invasores persas.

Durante ese siglo V a.C., se produjo la hegemonía (la supremacía) ateniense: fue la Edad de Oro de Atenas. El principal político ateniense fue Pericles. La democracia se consolidó como sistema político, se construyó el Partenón, se desarrolló el teatro, nació el estudio de la historia gracias a Heródoto y destacó el filósofo Sócrates.

Pero el final de aquel siglo coincidió con el enfrentamiento entre Atenas y Esparta en la guerra del Peloponeso: la victoria final de los espartanos supuso el dominio de Esparta sobre Grecia durante los siguientes treinta años (los primeros del siglo IV a.C.).

En aquella época surgió un reino en el norte de Grecia que acabaría por dominar a todo el mundo helénico: Macedonia. En el 336 a.C., Alejandro Magno se convirtió en su rey y pronto invadió Persia. Durante los siguientes diez años, sus conquistas propagaron la influencia, la cultura y la lengua griegas hasta el norte de India y Egipto.

EL PERIODO HELENÍSTICO

Cuando Alejandro Magno murió, en el 323 a.C., los generales macedonios se repartieron su vasto imperio. Este periodo duró hasta que Grecia se convirtió en provincia romana, en el 146 a.C. Aunque Grecia perdió poco a poco su importancia política, el periodo helenístico supuso el triunfo de Grecia como fuente de cultura para el mundo antiguo.

LA GRECIA ROMANA

Durante los sesenta años posteriores al 146 a.C., Roma administró Grecia. Aunque Atenas seguía siendo un destacado foco cultural, su comercio prácticamente desapareció.

El renacimiento griego tuvo lugar bajo el dominio de Roma, durante los primeros siglos de la era cristiana. A partir del año 395 d.C., el Imperio romano quedó dividido en el Imperio romano de Occidente y el Imperio romano de Oriente o bizantino. Grecia y toda la región del Egeo quedaron englobados en este último. Así entró Grecia en la edad media.

CULTURA DE LA ANTIGUA GRECIA

La cultura de la antigua Grecia tuvo una influencia esencial en el desarrollo de las civilizaciones de Occidente. Se suele decir que los antiguos griegos inventaron la filosofía, la historia y el teatro.

Uno de los primeros escritores conocidos era griego, se llamaba Homero y fue el autor de la Iliada y la Odisea.

Los principales filósofos griegos fueron Sócrates, Platón y Aristóteles.

Los romanos estuvieron notablemente influidos por el arte y por toda la cultura creada en Grecia. Los templos, los teatros y las estatuas de los antiguos griegos dieron origen al arte clásico, imprescindible para conocer el arte occidental hasta nuestros días. Las principales obras arquitectónicas griegas fueron: el Partenón ateniense, el templo de Zeus en Olimpia o el teatro de Epidauro. Algunas de sus principales obras escultóricas fueron el Discóbolo, de Mirón, el Hermes, de Praxíteles, o la Victoria de Samotracia.

 

 

ESPARTA

INTRODUCCIÓN

Esparta, también Lacedemonia, ciudad de la antigua Grecia, la más importante del Peloponeso durante la antigüedad, situada en la orilla derecha del río Eurotas, a 32,5 km del mar, en las laderas del monte Taigeto.

ANTIGUA ESPARTA

La antigua ciudad, incluso en sus días más prósperos, sólo era un grupo de cinco pueblos con casas simples y algunos edificios públicos. Los pasos que conducían al valle del Eurotas se defendían con facilidad y Esparta no tuvo murallas hasta finales del siglo IV a.C. Los habitantes de Esparta estaban divididos en ilotas (esclavos), quienes realizaban todos los trabajos agrícolas; periecos, una clase sometida de hombres libres pero sin derechos políticos, que principalmente eran comerciantes; y los ciudadanos espartanos (homoioi o iguales), la clase gobernante política y militar, descendientes de los dorios que invadieron la zona en el 1100 a.C.

La base de la grandeza espartana se atribuyó a la legislación de Licurgo, pero lo más probable es que fuera resultado de las reformas introducidas hacia el 600 a.C. En el siglo VII a.C., la vida en Esparta era similar a la de otras ciudades griegas, florecieron el arte y la lírica (véase Alcmán). Desde el siglo VI a.C. en adelante los espartanos acrecentaron su austeridad y rigidez militar, de forma que toda su disciplina estaba dirigida a la guerra. Así, no se permitía que un niño con defectos físicos sobreviviera; los niños comenzaban su instrucción militar a la edad de siete años y entraban en filas a los veinte. Aunque podían casarse, estaban obligados a vivir en los cuarteles hasta los treinta años; desde los veinte años hasta los sesenta, todos los espartanos tenían que servir como hoplitas (soldados de a pie) y comer en la fiditia (comedor público).

Las primeras luchas de Esparta fueron contra Mesenia, en el suroeste del Peloponeso, y Argos, una ciudad localizada en el noreste de dicha península. La primera guerra contra Mesenia terminó hacia el 668 a.C. con la derrota de los dorios, la mayoría de los cuales fueron reducidos a la calidad de ilotas. Por lo general, vencieron a los descendientes de los aqueos y a los dorios de Argos en las guerras que mantuvieron con ellos. Con su disciplina severa, se convirtieron en una nación de guerreros decididos y osados, capaces de un patriotismo abnegado, como demostraron los 300 héroes de las Termópilas, cuando en ese desfiladero perecieron las tropas del rey espartano Leónidas I enfrentadas a los persas (480 a.C.), pero incapaces de adoptar un programa político y económico sensato, debido a la peculiar configuración autoritaria y poco representativa de la sociedad y el poder político espartano, todo ello agravado por el siempre presente enfrentamiento con las sucesivas revueltas de los ilotas.

La guerra del Peloponeso, iniciada en el 431 a.C., transformó la rivalidad latente entre Atenas y Esparta en conflicto abierto. La derrota de Atenas en el 404 a.C., condujo a la consolidación de la hegemonía espartana sobre los estados griegos, pero los ejércitos de Tebas, a las órdenes de Epaminondas, privaron en el 371 a.C. a Esparta de su poder y de sus adquisiciones territoriales, reduciendo su territorio a las fronteras originales. Más tarde, Esparta se convirtió en parte de la provincia romana de Acaya y parece ser que prosperó durante los primeros siglos del Imperio romano. Los visigodos, dirigidos por su rey Alarico I, destruyeron la ciudad en el 396 d.C.

ESPARTA ACTUAL

La actual Esparta (Sparti), fundada por el gobierno griego en 1834, ocupa parte del emplazamiento de la antigua Esparta y es la capital del nomo (departamento) de Laconia. Las excavaciones de la antigua ciudad han sacado a la luz las ruinas de templos y edificios públicos, así como un teatro del periodo romano, pero los restos son escasos e insignificantes para una ciudad de tal renombre en la antigüedad. Población (1991), 14.084 habitantes.

 

 

ATENAS

LA PRINCIPAL CIUDAD GRIEGA

Atenas es la capital de Grecia. Está situada en Ática, una región de colinas y montañas poco elevadas. La ciudad se extiende hasta una bahía del mar Egeo, en la que se encuentra el puerto de El Pireo, el más activo del país. Ambos núcleos conforman el Gran Atenas, una aglomeración urbana que supera los tres millones de habitantes.

La ciudad debe su nombre a Atenea, la diosa de la sabiduría, que, según la mitología griega, fue su protectora. En la actualidad, es el principal centro económico del país, pero aún perdura su significación cultural y artística, por lo que es uno de los principales destinos turísticos de Europa.

EL PARTENÓN QUE CORONA LA ACRÓPOLIS

¿Sabías que los persas intentaron tomar esta ciudad? La incendiaron en el año 480 a.C., durante las Guerras Médicas, pero, al final, vencieron los griegos en la batalla de Salamina y la recuperaron. Fue en aquellos tiempos cuando un joven mensajero corrió 42,195 kilómetros para anunciar la victoria de los atenienses, estableciendo así el maratón (¿te has atrevido a correrlo alguna vez?).

Pocos años después, Pericles mandó reedificar el conjunto de la Acrópolis (fortificación elevada), donde se encontraban, entre otros monumentos, dos templos admirados a lo largo de la historia: el Partenón (¿has oído hablar de él?) y el Erecteion (que es famoso por su pórtico de las cariátides o columnas con forma de mujer). El escultor Fidias supervisó la reconstrucción y realizó todas las estatuas.

Como recordarás, Atenas fue una de las principales ciudades-estado de la Grecia clásica y el principal centro cultural y artístico de la antigüedad. En ella nacieron importantes políticos, como Solón (uno de los llamados ‘siete sabios de Grecia’ y fundador de la democracia) o Temístocles (vencedor en Salamina); oradores como Demóstenes, y escritores como Sófocles (que destacó por sus obras de teatro). ¿Sabes cómo se llamaba el centro de la actividad comercial, social y política de la antigua Atenas? Ágora, y por allí paseaban y departían filósofos famosos como Sócrates y Platón.

Existen restos de asentamientos humanos en la Acrópolis de Atenas desde el neolítico. Ya en el 1400 a.C., fue fortificada como otras ciudadelas micénicas, tirias y de otras culturas de fines de la edad del bronce. En ese tiempo y en el periodo conocido como la edad oscura (1200-900 a.C.) que sucedió a las invasiones dóricas, Atenas se constituyó como uno más de los pequeños estados que aparecen en la región del Ática.

HISTORIA

A mediados del siglo IX a.C., la ciudad-estado (polis) de Atenas se anexionó el territorio que la rodea, incluyendo el puerto de El Pireo. Cuando la monarquía fue sustituida por una aristocracia nobiliaria, los ciudadanos atenienses obtuvieron algunos derechos. El Areópago (consejo de nobles ancianos) dominaba la ciudad y designaba tres magistrados (posteriormente nueve), o arcanos, con carácter anual, que se responsabilizaban de la dirección de los asuntos bélicos, religiosos y legislativos.

El descontento con este sistema desembocó en un intento de acabar con él durante la dictadura de Cilón (632 a.C.). La persistencia de la agitación social, llevó a Dracón a dictar un riguroso código de leyes (llamadas leyes draconianas y cuyo uso en la actualidad se circunscribe para designar a leyes muy estrictas) que promulgó en el 621 a.C. Este código, vino a agudizar aún más la crisis social y económica pero, en última instancia, llevó al nombramiento consensuado de Solón como arconte en el año 594 a.C. Solón instituyó un consejo (Bulé), una asamblea popular (Ekklesia) y tribunales de justicia. También impulsó el comercio, reformó la acuñación de moneda, y atrajo a comerciantes extranjeros a la ciudad. El éxito de sus reformas sólo fue parcial.

En el 560 a.C. el tirano Pisístrato, apoyado por la aristocracia, consiguió hacerse con el control de Atenas. Hizo que las reuniones del Bulé se celebraran en el ágora (plaza del mercado), y construyó un nuevo templo en honor a Atenea (la diosa protectora de la ciudad) en la Acrópolis. Pisístrato también impulsó espectáculos públicos como los juegos panatenáicos o panateneas, que se celebraban cada cuatro años en honor de Atenea. Tanto el tirano como sus hijos Hipias e Hiparco emprendieron la construcción de muchas obras públicas entre los años 560 y 510 a.C.

En el 509 a.C., Clístenes dirigió una revolución democrática que derrocó la tiranía de Hipias. Estableció el derecho igual para todos los ciudadanos y reorganizó la estructura tribal de la ciudad, ya que sus bases y principales apoyos eran los sectores más populares del centro de la ciudad y de El Pireo. La poderosa asamblea popular formada por todos los ciudadanos se reunía en la colina Pnyx, situada tras la Acrópolis.

EL PERIODO CLÁSICO

En el año 480 a. C. Atenas fue saqueada y estuvo a punto de ser destruida por los persas. El político ateniense Temístocles, que había derrotado a los invasores persas en la isla de Salamina, inició la reconstrucción de la ciudad, construyendo murallas defensivas en torno a Atenas y El Pireo. También empezó a construir otra muralla que conectaba a Atenas con su puerto. Sus trabajos fueron continuados por Pericles en torno al 450 a. C. Pericles, más que cualquiera de los restantes políticos democráticos, convirtió Atenas en una gran ciudad. Usando fondos públicos, construyó el Partenón, el templo de Atenea Niké, el Erecteion y otros grandes monumentos. Potenció el ágora, en la que se podían encontrar productos de todo el mundo.

Atenas, a la cabeza de la Liga de Delos —formada en el 477 a. c. por diferentes ciudades-estado para hacer frente al peligro persa—, se convirtió en un poder de tipo imperial. Sus tribunales juzgaban casos relativos a toda la región del Egeo. La vida cultural de la ciudad alcanzó un importante auge. Se representaban grandes comedias y tragedias en el teatro levantado en honor a Dioniso, detrás de la Acrópolis, y Pericles atraía a su círculo a los principales intelectuales del momento. La ciudad, con su sistema democrático en el que participaban todos los ciudadanos atenienses y su brillante estilo de vida, se convirtió en modelo de cultura helénica. En estos momentos, su población debía rondar los 200.000 habitantes, de los que 50.000 eran ciudadanos varones con plenos derechos políticos, el resto —mujeres, extranjeros y esclavos— carecían de ellos.

Al ser derrotada por Esparta en la devastadora guerra del Peloponeso (431-404 a. c.), la ciudad inició su declive. Sócrates fue obligado a acabar con su vida, por cuestionar las ideas tradicionales. Pese a todo, la filosofía siguió floreciendo. En el siglo IV a. c. aparecieron escuelas de filosofía, como la Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles, y Demóstenes, Isócrates y otros, convirtieron la retórica en una de las bellas artes.

DOMINACIÓN EXTRANJERA

Aunque de hecho Atenas perdió su independencia bajo la expansión de Macedonia en el año 338 a.C., la ciudad siguió siendo un importante foco cultural. Cayó bajo el poder de Roma en el año 146 a.C. Sus relaciones con los romanos se deterioraron cuando éstos saquearon la ciudad en el 86 a.C., destruyendo muchos monumentos. Pese a todo, continuó siendo centro de enseñanza para los notables de Grecia y Roma desde el siglo I a.C., hasta el fin del Imperio romano. Sufrió daños durante la invasión de los godos en el siglo III d.C., que fue repelida con gran dificultad. En el año 529 el emperador bizantino Justiniano I clausuró las escuelas filosóficas paganas, acabando de manera casi absoluta con la tradición clásica de la ciudad.

Durante la hegemonía del Imperio bizantino Atenas se convirtió en un lugar apartado de la vida cultural. Muchas de las obras de arte de la ciudad fueron trasladadas a Constantinopla, y sus templos se transformaron en iglesias cristianas. Los emperadores bizantinos visitaron Atenas en ocasiones, pero la ciudad fue generalmente ignorada y sufrió un empobrecimiento manifiesto. Tras la conquista por los cruzados de Constantinopla en 1204, Atenas se convirtió en un ducado feudal francés. Los almogávares catalanes tomaron la ciudad en el año 1311, pero fueron expulsados por una dinastía florentina que se instaló en ella con éxito a finales del siglo XIV.

El Imperio otomano alcanzó un control total sobre Atenas en el año 1458. El Partenón, templo dedicado a la diosa Atenea, protectora de la ciudad, fue convertido en mezquita musulmana. Bajo el dominio turco, la ciudad siguió administrada por griegos, y su población era una mezcla de griegos, turcos y eslavos. El Partenón fue gravemente dañado en 1687, cuando la pólvora que estaba almacenada en su interior explotó durante un bombardeo veneciano.

ÉPOCA MODERNA

Tras la conclusión de la guerra de la Independencia griega (1821-1829) la ciudad quedó liberada del dominio turco y se convirtió en capital de la Grecia moderna. Entre 1832 y 1862, durante el reinado de Otón I de Grecia, la ciudad fue reconstruida de forma eficaz por arquitectos alemanes, especialmente Eduard Schaubert. Antes de surgir en el siglo XX como gran ciudad comercial e industrial del sureste de Europa, alcanzó importancia sobre todo como centro turístico de renombre gracias a sus viejos monumentos. En la actualidad la ciudad sufre los típicos problemas que aquejan a las urbes modernas, esto es, crecimiento desordenado y contaminación atmosférica. Atenas ha sido sede de dos ediciones de los Juegos Olímpicos, las celebradas en 1896 (primeros Juegos de la era moderna) y 2004. Población de la Gran Atenas (2003), 3.215.104 habitantes.

 

CONFLICTOS O GUERRAS IMPORTANTES

GUERRAS MÉDICAS

GUERRAS MÉDICAS

 

 

 

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